Las ondas de choque son ondas acústicas audibles de alta energía. Han sido empleadas en la medicina desde 1980 para el tratamiento de distintas enfermedades; por ejemplo, en la terapia del dolor.
Las ondas de choque se producen extracorporalmente, es decir, fuera del cuerpo, y se introducen mediante un aparato terapéutico en el cuerpo donde desarrollan su efecto. Este método es conocido como tratamiento con ondas de choque extracorporales, una terapia innovadora que, en su mayoría, no implica riesgos, dolores o efectos secundarios.
Originalmente utilizada para la desintegración de cálculos renales sin cirugía, la terapia con ondas de choque se ha convertido en un tratamiento eficaz para enfermedades de músculos y tendones. Sus beneficios en fisioterapia incluyen el aumento en la producción de colágeno, la eliminación de calcificaciones, la formación de nuevos vasos sanguíneos y la curación de inflamaciones crónicas.