La propiocepción es la capacidad del cuerpo de detectar el movimiento y posición de las articulaciones. Es importante en los movimientos comunes que realizamos diariamente, su principal objetivo es mantener una función armónica entre los tendones, los músculos y las articulaciones.
Cuando sufrimos una lesión articular, el sistema propioceptivo se deteriora produciéndose un déficit en la información propioceptiva que le llega al cerebro. De esta forma, estamos más propensos a sufrir otra lesión.
La ventaja respecto a esto, es que después de una lesión, el sistema propioceptivo puede y debe ser parte del proceso fisioterapéutico de rehabilitación, por medio del entrenamiento con ejercicios progresivos y puede recuperar y hasta mejorar la función de esa articulación